A veces en la vida hay que jugársela, ya sea entrándole a la chica guapa de la biblioteca o pegándole una colleja a un cani. Los ko van de eso, de jugársela.
En un ko siempre hay algo en juego, al final de una partida puede que solo haya en juego un punto, pero a veces un ko implica que un grupo grande pueda llegar a vivir. Esos ko son los divertidos. Ya que no solo tienes que pensar en la situación local, sino también en las amenazas que puedas tener y las que pueda tener tu contrario. En el momento en que una amenaza te suponga una pérdida insignificante o solo sea humo es el momento de defender el ko, y ganarlo.
Y he aquí cuatro problemitas de ko.
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El que calla otorga